La lana de oveja es una fibra natural y tiene una estructura fisicoquímica compleja que no puede fabricarse artificialmente. Tiene una ondulación natural que le confiere rebote, cuerpo y características de soporte blando. Debido a estas especificidades, tiene muchos beneficios:
- Sostenible y renovable desde el punto de vista medioambiental
La lana es difícilmente cuestionable por su sostenibilidad (las ovejas no se crían de forma intensiva). Es un material renovable, ya que una vez cortada vuelve a crecer de forma natural. Al final de su vida útil, la lana es biodegradable en el suelo, liberando importantes nutrientes. Sin embargo, si inviertes en una manta o un colchón de lana hechos a mano, nunca los tirarás y durarán generaciones si los cuidas adecuadamente.
Los ácaros del polvo proliferan en el ambiente cálido y húmedo donde duermes cada noche. Tanto si tiene una almohada o un edredón de plumón como ropa de cama de materiales sintéticos, los ácaros del polvo son la principal causa de alergias y asma. Como la lana es hipoalergénica y naturalmente resistente a los ácaros del polvo, la ropa de cama de lana es una maravillosa alternativa a las plumas y los materiales sintéticos.
La lana es ignífuga por naturaleza, sin los productos químicos añadidos que se utilizan habitualmente en otros materiales de cama. Por eso los bomberos llevan uniformes de lana y los fabricantes de ropa de cama natural utilizan lana en sus productos para cumplir los códigos contra incendios.
Puedes llevar lana desde las temperaturas más frías hasta más de 80 grados y estar cómodo. La lana refresca en verano y abriga en invierno. La lana es un escudo para todo tipo de clima.
La fibra de lana tiene una capa exterior hidrófuga que rodea cada fibra hueca, superpuesta como las tejas de un tejado. Mientras que el núcleo de la fibra absorbe hasta un tercio de su peso en vapor de humedad sin humedecerse, la dura capa exterior protege de la humedad líquida exterior. El resultado es que el agua se repele, pero la humedad se absorbe, lo que ayuda a la regulación térmica. La lana mantiene la humedad exterior lejos de la piel y también evacua la transpiración, manteniendo así el cuerpo caliente y seco. Por eso la ropa de cama de lana es perfecta para los que duermen con calor.
La lana es un excelente aislante y tiene una de las mayores relaciones entre aislamiento y peso de todas las fibras naturales o artificiales. En la lana que se lleva junto a la piel se forman espacios de aire aislante que ayudan a retener el calor corporal.
Las fibras de lana tienen una propiedad natural de evacuación del agua que impide que la humedad quede retenida en el tejido. Además de mantener la piel seca, esta cualidad también inhibe de forma natural la aparición de moho. La lana también tiene propiedades antimicrobianas naturales porque las bacterias tienden a sentirse atraídas por las superficies lisas de carga positiva, como las de las fibras sintéticas, en lugar de por la superficie escamosa y de carga neutra de la fibra de lana. Estudios hospitalarios han demostrado que las colonias bacterianas son comunes en las sábanas de algodón, mientras que no están presentes en las mantas de Merino sometidas a las mismas condiciones ambientales.
- Disminuye el olor corporal
La mayoría de las fibras sintéticas aumentan el olor corporal porque crean un caldo de cultivo para las bacterias. La estructura única de la lana impide la acumulación de olores corporales, por lo que podrás seguir llevando los mismos calcetines durante días.
Su durabilidad y resistencia se deben a que las fibras pueden doblarse sobre sí mismas 20.000 veces antes de romperse (para ponerlo en contexto, el algodón se rompe después de 3.200 dobleces y las fibras de rayón sólo duran 75 veces).