¿Qué es el diseño biofílico?
El diseño biofílico conecta nuestro amor innato por la naturaleza con la jungla de asfalto moderna. Busca reintroducir los patrones y características de la naturaleza en el entorno sintético de la arquitectura contemporánea, lo que a su vez ofrecerá numerosos beneficios en términos de salud humana y sostenibilidad. Por eso, en 2022, el diseño biofílico no es solo una tendencia, sino un movimiento en auge.
Para comprender las implicaciones del diseño biofílico, primero debemos comprender el poder de nuestras fobias evolutivas. La especie humana tiene profundas raíces salvajes y lleva consigo respuestas adaptativas primordiales al mundo natural. Cuando las personas ven serpientes y arañas, se activa su instinto de huida o lucha. Su respuesta adaptativa les recuerda, a través de un profundo trauma genético, que el animal es peligroso. Después de todo, nuestros primeros antepasados eran precisamente la presa de serpientes y otros reptiles.
Del mismo modo, diseño biofílico utiliza el mismo circuito de respuestas adaptativas, con la diferencia de que se centra en los aspectos positivos. Durante 99% de evolución humana, hemos estado profundamente conectados con la naturaleza y el paisaje natural. La incorporación de elementos como la madera, la lana, las plantas y el agua reavivará el espíritu humano y mejorará el entorno doméstico.
Características del diseño biofílico
El diseño biofílico se centra en recrear hábitats naturales que benefician la salud, la forma física y el bienestar humanos. Solo los patrones y elementos que tienen una relación positiva con nuestra historia de supervivencia entran dentro del ámbito de la biofilia. Intentar imitar un hábitat desértico con aire caliente y seco y colores monocromáticos no es un diseño biofílico, ya que podemos esperar que la productividad y la salud mental se desplomen.
El diseño general debe estar presente en todo momento: los elementos naturales no pueden aislarse ni ser transitorios. El hábitat biofílico es un sistema de espacios con una concentración similar de elementos naturales. Una sala de estar llena de plantas que da paso a una cocina de mármol sin vida carece de coherencia y no logra imitar la complejidad y la vivacidad del hábitat natural.
El diseño biofílico crea espacios que evocan un vínculo emocional. El hábitat natural que creamos debe tener una carga evolutiva con elementos naturales que induzcan sentimientos y recuerdos positivos. Queremos identificarnos con el entorno y obtener energía y refuerzo positivo de él.
Además de nuestra relación personal con el hábitat, el diseño también debe fomentar interacciones sociales saludables. El contexto espacial desempeña un papel fundamental en el tipo de entorno grupal que crean las personas. La incorporación de elementos naturales con propiedades reductoras del estrés generará un intercambio social positivo y relaciones saludables.
La aplicación del diseño biofílico se lleva a cabo mediante el uso de elementos naturales que pueden clasificarse como experiencias directas e indirectas de la naturaleza. Para comprender los conceptos básicos, veamos algunos de estos atributos.
Experiencias directas con la naturaleza
Luz
La experiencia de la luz natural es vital para la salud mental y física. El diseño biofílico fomenta el uso de ventanas grandes que permiten la entrada de mucha luz y crean una sensación de los ciclos naturales del sol. El movimiento y los patrones de los rayos naturales evocan comodidad y satisfacción. Aparte de la simple exposición, la luz puede variar en cuanto a intensidad y forma. Jugar con las sombras, las formas difusas y geométricas y los colores reflectantes puede aportar una gran complejidad, movimiento y variedad a la luz natural. Todo ello es crucial para crear un hábitat saludable.
Aire
La ventilación natural es clave para cualquier espacio, ya que favorece la productividad y el confort. El control del flujo de aire, la presión barométrica y la humedad determinarán el tipo y el grado de ventilación natural. Depender de complejas herramientas de ingeniería puede resultar poco realista, por lo que una buena opción sería invertir en ventanas practicables. El acceso a espacios exteriores, como balcones o porches, es más que saludable.
Agua
En todas las culturas, el agua es sinónimo de vida. Es el elemento que nutre y da fuerza vital. Nuestra experiencia con el agua se produce a través de los sentidos de la vista, el tacto, el gusto, el oído y el movimiento. En un hábitat construido, el agua nos influye mejor cuando la asimilamos a través de múltiples sentidos. Lo mejor es el agua limpia en movimiento, que imita manantiales o cascadas. Se puede satisfacer este deseo natural mediante la instalación de acuarios, fuentes, humedales artificiales o vistas de masas de agua.
Plantas
Nada transmite mejor la experiencia de la naturaleza como las plantas. La vegetación floreciente con colores cambiantes es lo más eficaz para crear complejidad y una sensación de hábitat natural. Los espacios deben estar repletos de plantas y formar un ecosistema equilibrado de especies locales. La vegetación aislada aquí y allá no tendrá suficiente importancia como para evocar beneficios sustanciales para la salud.
Experiencias indirectas de la naturaleza
Imágenes de la naturaleza
La representación de la naturaleza (paisajes, flores, agua, animales) ejerce beneficios emocionales e intelectuales. En el entorno construido, es habitual utilizar fotografías, pinturas, esculturas, vídeos o simulaciones por ordenador de la naturaleza y sus elementos. Las representaciones deben ser abundantes y temáticas.
Materiales naturales
Materiales naturales son las transformaciones esculpidas y refinadas de su forma original. Son oligoelementos orgánicos que resultan visualmente estimulantes y, a menudo, aportan numerosos beneficios para la salud. Materiales como la madera, la lana, el algodón y el lino son los más adecuados para crear diseños de interiores naturales y puros. Los seres humanos tienen una relación de supervivencia profundamente arraigada con estos materiales naturales. Las materias primas orgánicas rara vez tienen efectos adversos para la salud de las personas y, a menudo, tienen propiedades rejuvenecedoras para el organismo.
Colores naturales
Los seres humanos evolucionaron con la visión del color como respuesta evolutiva a su entorno. La utilizamos para localizar agua y alimentos, así como para desplazarnos por el espacio. Nuestra paleta visual natural prefiere los tonos terrosos y los colores apagados. Piensa en la tierra, el agua dulce y el agua de mar, las rocas y las plantas. Los colores artificiales brillantes solo deben utilizarse como complemento de las flores en flor, los animales o los amaneceres y atardeceres. El diseño biofílico carece de colores fuertes y de alto contraste.
Formas y figuras naturales
Las formas suaves que imitan las curvas delicadas de la mayoría de las formas naturales son relajantes y tranquilizadoras a simple vista. Es mejor evitar las formas rectas y angulosas. Basarse en la geometría repetitiva, pero increíblemente diversa, del mundo natural creará transiciones espaciales suaves y un diseño elegante. Piensa en patrones similares a hojas, formas ovaladas o tejidos animales sin tratar. Las formas vivas transformarán cualquier espacio estático en un hábitat dinámico y lleno de vida.
Beneficios
El diseño biofílico elimina las deficiencias de la arquitectura contemporánea y crea un hábitat vivo y dinámico. En este entorno estimulante, el cuerpo y el espíritu humanos son libres de experimentar su estado natural. Nos sintonizamos con el espacio que nos rodea y nos liberamos de toda la represión que suelen causar los hábitats artificiales.
Visto todo esto, no es de extrañar que el diseño biofílico mejore la salud mental, aumente la productividad y facilite las interacciones sociales positivas. Tiene numerosos beneficios para la salud física y el estado físico, al tiempo que reduce el comportamiento antisocial.
Lo más importante es que el diseño biofílico nos vuelve a conectar con la naturaleza y nos muestra lo dependientes que somos de ella. Nuestra historia evolutiva y nuestras necesidades biológicas están profundamente entrelazadas con los elementos del mundo natural. Somos biofílicos por naturaleza.

